Un caballo es un animal al que tenemos que ganarle la confianza. Aquí te vamos a enseñar todo lo que tienes que hacer. En este QueHowTo te enseñamos cómo conseguir domar a un caballo. Sigue leyendo si quieres saber.
Domar a un caballo
Ganarse la confianza de un caballo
El primer paso para aprender cómo domar un caballo reside en que el animal confíe en ti. Para ganarse la confianza de un caballo en realidad tenemos que actuar del mismo modo que lo haríamos si quisiéramos hacernos amigos de cualquier otro animal doméstico, sólo que mucho más grande y fuerte. Esto significa que hay que observar sus movimientos y su mirada para saber hasta dónde nos va a permitir llegar. Por ejemplo, si nos acercamos demasiado y vemos que gira su cabeza y/o empieza a mover sus patas de forma nerviosa, lo mejor será que demos un paso atrás.
Es muy importante que nos vea como algo positivo, por lo que podremos coger forraje y utilizarlo para que poco a poco nos deje acercarnos más. Una vez que estemos a su lado, nos situaremos a un lado, cerca de la cabeza, para que pueda vernos y se lo daremos mientras lo acariciamos y hablamos con él. Es muy posible que no nos entienda, pero sí que entenderá el tono de voz: un tono suave le tranquilizará; en cambio, un tono agudo y/o nervioso le hará sentirse inseguro.
Colócate el cabresto y la embocadura
- El cabestro es un accesorio que nos va a ser muy útil para trabajar con nuestro caballo. Pero antes de siquiera ponérselo, deberemos de lograr que se acostumbre a nuestras manos, poniéndolas cerca de su cabeza, orejas y cuello. Hay que hacerlo lentamente, siempre estando a la vista del animal, para evitar que se asuste. Lo premiaremos con cada pequeño logro que haya conseguido.
- Cuando ya se sienta mucho más cómodo, le enseñaremos el cabestro. Hay que dejar que lo vea y que lo huela. También es importante que le rocemos el hocico con él. Al cabo de unos días, se lo pondremos sin abrochar y veremos su reacción: si se ve tranquilo, perfecto, se lo quitaremos y al día siguiente se lo pondremos abrochado; pero si se ve nervioso, se lo quitaremos y dedicaremos un tiempo más a que se acostumbre.
- Una vez que le podamos poner el cabestro sin que se sienta incómodo, le enseñaremos la brida. Haremos lo mismo que con el cabestro: se la pasaremos por la cabeza y el hocico, e incluso podemos dejar que la muerda (con cuidado). Unos días más tarde, lo acostumbraremos a la embocadura. Para que le sea más sencillo podemos colocar una capa de melaza sobre ella; de este modo, le será más agradable. Por último, nos quedará colocarle las piezas de las orejas, sin ajustar las correas.
Aquí un vídeo:
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