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Cómo limpiar una chimenea

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Limpiar una chimenea resulta de lo más sencillo, siempre y cuando se prosigan con cada uno de los pasos indicados. Del mismo modo, resultará ideal que comprendas la manera a seguir.

Es importante que sepas cómo mantenerla, para de este modo asegurarte que funcionará bien el próximo invierno. Podrás recurrir a remedios naturales, y aunque debes limpiar diariamente todo el polvo y hollín que se acumula por el uso, también debemos dedicarnos a una limpieza más profunda al menos una o dos veces al año.

Quedará tan pulcra, que podrás llegarla, en un futuro, a poder adornarla en Navidad.

Pasos para limpiar una chimenea

  1. En primer lugar, necesitarás de cepillos rígidos, o también puede valerte una escoba, un recogedor de polvo, una aspiradora, un paño suave y agua.

    Para una limpieza más profunda, se necesitan otras cosas, aunque lo más normal es recurrir a productos específicos y cepillos abrasivos.

  2. Gracias a estas herramientas simples, la limpieza de los conductos se vuelve muy simple, al menos en las áreas más bajas y alcanzables. Además del agua, en este caso, puede usar detergentes especializados para limpiar la chimenea, o puedes preparar pastas o líquidos con algunos remedios naturales.
  3. Asimismo, puedes comenzar con los ladrillos. Para eliminar la suciedad de estos, solo te hará falta utilizar un cepillo rígido mojado en agua. Esto debería eliminar las manchas superficiales.

    Para ser más eficiente, también puedes mezclar vinagre de vino con agua, con una concentración de al menos 6%.

  4. Por otro lado, la placa o embellecedor contra incendios se limpia simplemente con un cepillo, una escoba o una aspiradora, para eliminar la acumulación de hollín y cenizas. Es mejor liberar esta parte muy a menudo porque la ceniza y el hollín se producen en grandes cantidades.
  5. También para manchas profundas puedes usar el bicarbonato de sodio. Para ello tienes que formar una pasta suave al mezclar el bicarbonato con agua y aplicar directamente sobre las manchas con un cepillo duro o metálico.

    Las manchas deben frotarse con mucho vigor y enjuagarse cuidadosamente con abundante agua.

  6. Finalmente, para los conductos, que sin duda tienen suciedad e incrustaciones muy resistentes, debe utilizar cepillos de metal o productos específicos y muy agresivos.

    Una vez dado cada uno de los pasos, podrás decantar en buenos resultados.

Una vez leído todo el artículo, es propicio poder dejarte un vídeo explicativo para que puedas adquirir todo tipo de consejos y referencias. Del mismo modo, a continuación tendrás el contenido audiovisual con más complementos mismos:

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