Los colores se dividen en diferentes familias en función de su temperatura, así como de las sensaciones tanto térmicas como psicológicas que generan en las personas. Así, una de las clasificaciones más habituales que se hace de los colores es la que los divide en dos grandes grupos: fríos y cálidos. Ambos forman lo que se denomina círculo cromático. A continuación explicamos de manera señalada cuáles son los colores fríos y cuáles son sus características.
Colores fríos: ¿cuáles son?
Los colores fríos son aquellos que van desde el verde más amarillento hasta el violeta, pasando por el azul. El azul es el verdadero protagonista de esta familia ya que participa en todos los colores que forman parte de ella: verde, turquesa, cian, azul, índigo y violeta.
Resulta interesante destacar que tanto el verde como el magenta son colores límite entre la familia de los fríos y los cálidos. Por lo tanto, en función de su intensidad o tonalidad pueden formar parte de un grupo u otro.
El blanco también es color asociado con el frío debido a su estrecha relación con el hielo y la nieve. No obstante, el blanco no es un color propiamente dicho, por lo que en el sentido estricto de la definición no forma parte de los colores fríos.
La relación de los colores fríos
Haciendo alusión a la psicología del color, los colores fríos guardan una estrecha relación con determinados conceptos como la serenidad. Los expertos consideran que todos los colores y tonalidades que forman parte de esta familia transmiten paz y tranquilidad. Además, favorecen en gran medida la expresión de los sentimientos y emociones.
Claro que, en función del contexto, los colores fríos también pueden tener una cierta connotación negativa. Y es que algunos tonos pueden provocar sensación de frío o lejanía, como por ejemplo el azul violeta. Del mismo modo, otros tonos pueden dar lugar a sentimientos de soledad y tristeza.
Por lo tanto, los colores fríos pueden tener un amplio abanico de significados en función de la situación y el contexto en el que se desarrolle la misma.
Colores fríos en la cromoterapia
La cromoterapia es una de las terapias naturales más populares en la actualidad. Pues bien, la aplicación de colores fríos resulta de lo más estimulante para el sistema nervioso central. Además, permite mantener un estado de relajación relativa, ayudando en el tratamiento de diversos trastornos digestivos y cardiacos.